Para leer el GIF intenta medirse ante el reto que hoy supone pensar en la complejidad de las imágenes digitales, cuyos formatos se desarrollan siguiendo las pautas de la novedad impuesta como temporalidad: su seducción fantasmagórica es casi inevitable en una vorágine de mensajes, memes, emojis, stickers, deep fakes y una infinidad de nuevas especies mediáticas entre las que ha sido clasificado el GIF como objeto de estudio. En este texto se estudia la lógica propia de este “aparato cultural” en tanto que objeto técnico y estético, reflexionando sobre las posibilidades políticas y críticas de ese soporte perteneciente a la cultura digital en la modernidad globalizada.