La fuerza de la ley fue escrita en 1644 y publicada en la Primera parte de comedias de Agustín Moreto (1654). Es una comedia de carácter histórico que nos habla de la importancia de mantener el honor. En ella aparecen elementos burlescos bajo un marco de tragedia.
La originalidad de Agustín Moreto y Cabaña consiste en escribir un drama de honor conyugal aparentemente ortodoxo. Sin embargo, esta obra se puede interpretar, de forma paródica gracias al singular papel de la criada Irene. Su personaje ofrece los medios para que se materialice el adulterio de su ama. Mientras, da voz a un discurso heterodoxo en que se menosprecia el honor.
El pragmatismo preside la conducta de Irene, más preocupada por alimentar el cuerpo que el alma. Irene, insiste en que el honor tampoco da de comer y no vacila en degradarlo. Afirma que no sirve para llenar la olla y que es más feliz la mujer que no lo tiene que la que vive para mantener este valor moral.
Moreto se encuadra en la escuela dramática de Pedro Calderón de la Barca, a quien conoció y admiró. Como los dramaturgos de su época, reelaboró comedias anteriores suprimiendo los defectos que encontró en ellas. Aunque algún contemporáneo, como Jerónimo de Cáncer y Velasco, se lo hizo notar.
En La fuerza de la ley destaca Moreto como un fino perfilador de caracteres. Se nota que es un gran observador y un maestro del diálogo gracioso, elegante e inteligente. Es proclive a las sentencias y al consejo moralizador. Sin embargo, lo hace con una gracia y finura inimitables, talentos que se revelaron en el género de la comedia. Todas estas cualidades presagian ya la comedia neoclásica del siglo XVIII.