Olivia y Edward Lereux viven apaciblemente junto a su perro border collie color chocolate, Axel, en una casita pintoresca flanqueada por los acantilados tempestuosos de Maine, lejos de la ciudad y de la gente.
Desde fuera sus vidas parecen normales, pero no son gente corriente. La familia Lereux está maldita con algo que se ha llevado a sus antepasados durante muchos años.
Cuando Ravine Lereux recibe una preocupante carta de su tío Edward, esta se ve obligada a regresar a un sitio al que juró no volver jamás, un lugar que se halla encantado por algo; una presencia anormal que le aterraba cuando era una niña. Ahora debe enfrentarse de nuevo a ello. Mientras va a toda prisa a prestar ayuda a sus tíos, descubre algo inquietante sobre su familia y sobre ella misma.