La voz de Enrique Arturo Diemecke fluye en la escritura de José Ángel Leyva como un caudaloso y apacible río de experiencias y saberes. No es la anécdota, es el sueño convertido en pasión, lenguaje de una conciencia de sonidos y de imágenes. Diemecke nos da una lección de oficio, de entrega total a la música.
Aquí se cuenta la historia de un director de orquesta como se narraría la biografía de un cosmonauta o la de un novelista, de un explorador o de un científico; es un recuento, sí, de vivencias, pero sobre todo es una enseñanza de vida, de lealtad al lenguaje que le da sentido a lo que se piensa y se manifiesta, se desea y se construye. En estas páginas se puede descubrir el camino auténtico y sincero de un trabajador del arte, de la cultura. Antes que un personaje escénico, que una figura pública, Enrique Arturo Diemecke se revela como maestro y alumno de su quehacer estético, de su labor cotidiana y trascendente en el aprendizaje perpetuo de la música.
¿Una novela biográfica o una biografía novelada? La realidad parece ficción y los encuentros oníricos suenan demasiado reales. Mahler respira también en el delirio y en la batuta del músico mexicano, hoy por hoy director artístico del teatro Colón de Buenos Aires y de su orquesta Filarmónica, ciudadano ilustre de Flint, Estados Unidos, y embajador cultural de su país. Es ésta una lectura para melómanos y lectores, para quienes deseen aprender y disfrutar los sonidos, los ritmos de este relato de vida.