Con un bagaje teórico y conceptual respetable, el profesor Caicedo Moscote se empela en su deber de volver la catedra un escenario para que los alumnos aprendan a pensar el derecho desde sus fuentes y fundamentos históricos culturales. Concibe la filosofía del derecho como un ejercicio sensato y asequible. Con una escritura clara, cercana, aleccionadora y, al tiempo, tan ilustrada como útil, el estilo eminentemente pedagógico busca llegar d manera eficiente al lector, primero y ultimo animador de la filosofía. El texto vincula conceptualmente capitalismo, ética, derecho y modernidad tardía, uniendo los conceptos de ética e historia a partir del concepto socioeconómico.