La vida de Julián Marías (1914–2005) nos permite recorrer buena parte de la historia de España en el siglo XX. Y nos ayuda a comprender lo que significó el horror de la guerra civil, acontecimiento del que Marías ha ofrecido uno de los relatos más lúcidos y ajustados, y que definió como «la gran tragedia» y el «máximo error» de nuestra historia, así como a comprender el enorme esfuerzo colectivo de superación de todo ese pasado que se encarnó en la Transición. Desde varias décadas antes, Marías estuvo dedicado a la actividad «prepolítica» difundiendo ideas con el fin de preparar a la sociedad para su paso efectivo a la democracia, y participó como senador por designación real en la elaboración de la Constitución del 78, lo que nos da oportunidad de leer sus perspicaces advertencias y aportaciones al proceso constituyente. La constante exhortación a la concordia social, que no significa uniformidad ni acuerdo unánime sino discusión y debate racional, es uno de los grandes valores de su pensamiento.