e podría demostrar, aunque nos llevaría más lejos de estas páginas, que este nuevo considerar, en la ciencia, a los objetos sujetos tiene su paralelismo con los ready-made que Duchamp elaboró a principios del siglo pasado: aquel urinario que metió en un museo y mutó al instante de objeto de uso común a sujeto poético, a sujeto capaz de seducirnos; como cualquier obra de arte; como cualquier teoría científica, como cualquier artículo de venta publicitado