Me apresuro por la terminal y embarco sin problemas, pero me encuentro algo descolocada. No tengo esperanza alguna de conciliar el sueño tan temprano, por no hablar de mi habitación de hotel, que no estará lista hasta varias horas después de mi llegada. A pesar de todo, me acomodo en el asiento, bebo agua mineral y me dejo arrastrar hacia el interior del libro de una vida, una esquirla de Simone Weil. El libro elegido a la carrera resulta ser más que apropiado, y el tema constituye un modelo admirable para infinidad de actitudes. Brillante y privilegiada, Weil pasó por los mejores salones de la educación más elevada y acabó renunciando a todo para embarcarse en el difícil camino de la revolución, la revelación, el servicio público y el sacrificio.