En el prólogo del libro, Alberto Vital dice: «Los papeles de un gran escritor tienen, sí, carácter de documentos». Para él, permiten responder a una pregunta: "¿cómo es que Rulfo escribió esas trescientas páginas que Gabriel García Márquez ha puesto a la altura de las de Sófocles, esto es, de uno de los hombres que contribuyeron a fundar la civilización?". En enero de 1945, Rulfo escribe: «No sé lo que está pasando dentro de mí; pero a cada momento siento que hay algo grande y noble por lo que se puede luchar y vivir. Ese algo grande, para mí, lo eres tú … Estuve leyendo hace rato a un tipo que se llama Walt Whitman y encontré una cosa que dice: 'El que camina un minuto sin amor, camina amortajado hacia su propio funeral'. Y esto me hizo recordar que yo siempre anduve paseando mi amor por todas partes, hasta que te encontré a ti y te lo di enteramente».