—¿Por qué lo hiciste?
—¿Mentirte? ¿Ocultarte lo que era?
—No —dijo Charlie con un suspiro, sentándose en el reposabrazos de un sofá de brocado estampado—. ¿Por qué luchaste con el Hierofante? Casi mueres. Por nada. A estos cabrones no les importas una mierda.
Ensanchó su sonrisa.
—Eso no me lo ha preguntado nadie desde que estoy aquí. Y mira que me han hecho preguntas.
—Bueno, es que no creo que tu bienestar sea prioritario para ellos.
—No me digas.