Las obras de Eutropio y de Aurelio Víctor, junto con la de Amiano Marcelino, son una positiva nota de contraste en el alicaído panorama historiográfico del Bajo Imperio posterior a la obra de Tácito.
Este volumen reúne dos textos de temática afín y muy próximos en el tiempo. De Eutropio, alto funcionario romano de la segunda mitad del siglo IV d.C., nos llega el Breviario o Breviarium ab urbe condita en diez libros, un panorama a vista de pájaro de la historia de Roma desde su fundación hasta la muerte del emperador Joviano y la subida de Valente al poder en el 364. Se trata de una obra concienzuda y rigurosa, que informa acerca de los hechos principales, sobre todo militares y del extranjero, en una narración cuidadosamente estructurada que no hace concesiones a excursos ni a preciosismos estilísticos. Eutropio es el mejor de los muchos autores de epítomes, y su obra gozó de gran popularidad durante siglos.
Libros de los césares, por su parte, es un compendio histórico de Sexto Aurelio Víctor, nacido en África hacia el año 320, de origen humilde, y gobernador de Panonia Segunda. La obra es un resumen de la historia de Roma desde Augusto a Juliano (360). Víctor trata la historia de Roma por reinados, con un método biográfico. Pero al mismo tiempo intenta rebasar los límites de la biografía y establecer relaciones de causalidad histórica, sin abstenerse de introducir juicios de valor morales y políticos. Así pues, su ambicioso propósito consiste en escribir una historia del Imperio Romano que combine el interés por la personalidad individual de los emperadores y una valoración moral general del Imperio.
Las obras de Eutropio y de Aurelio Víctor, junto con la de Amiano Marcelino, son una positiva nota de contraste en el alicaído panorama historiográfico del Bajo Imperio posterior a la obra de Tácito. Los autores cristianos –san Jerónimo, san Agustín, Orosio— se aprestaban ya a tomar el relevo en la narración de la historia.