Mi hermana, asesina en serie

Es fácil señalar a Mohammed. Es pobre, no tiene estudios y es limpiador.

Parece una gallina salvaje. Su madre aprieta la mandíbula y aguanta el dolor. Me pregunto si fue esto lo que se imaginó cuando posaba para la sesión de fotos embarazada o cuando celebraba la baby shower.

Voy al armario de limpieza a por unas toallitas. Ojalá pudiera limpiar con ellas todos nuestros recuerdos.

Es como si el amor estuviese reservado solo para los bellos.

Quién me mandaba confiar en un cuerpo que aún respiraba? Entra en mi mente un pensamiento involuntario: un medio para un fin. Lo desecho, le miro a los ojos y me río

Salgo de la habitación balanceando las caderas como le gusta hacer a Ayoola.

—¿Estás bien? —me pregunta al llegar a la puerta, y me doy la vuelta.

—¿Mmm?

—Caminas raro.

—Oh, ah. Me ha dado un tirón.

Tierra, trágame. Abro la puerta y salgo deprisa.

Hay que elegir bando, y mi destino ya se había decidido hacía mucho tiempo. Ella siempre me tendrá y yo siempre la tendré a ella; no importa nadie más.

Ninguno de los dos dice nada. Yo me concentro en reducir la frecuencia de mi ritmo cardíaco. Sin querer, las lágrimas me caen por las mejillas. Muhtar guarda silencio. Me da tiempo para que entienda que hay alguien que sabe en qué estoy metida, y que ese alguien está de mi lado.
—Muhtar, usted sabe lo suficiente como para que nos encierren de por vida. ¿Por qué guarda este secreto? —le pregunto mientras me seco las lágrimas.
Él empieza a chupar otro àgbálùmộ y pone una mueca por lo ácido que está.
—A tu hermana no la conozco. He oído decir a tus compañeras que es encantadora, pero yo no la he visto, así que ella no me importa. Pero tú sí. —Me señala—. Tú sí que me importas.
—Usted no me conoce.
—Sí que te conozco. Me desperté gracias a ti, tu voz me llamaba. Aún te oigo en sueños…
Se deshace en elogios. Es como si estuviera en otro sueño.
—Tengo miedo —susurro.
—¿Por qué?
—Por el chico con quien sale ahora… Ella podría…
—Pues entonces sálvalo.

Él me pregunta si podría haber hecho algo de otra manera.
—Podrías haberla visto tal como era.

—Ah, sí, recuerdo que dijiste que tu hermana es asesina en serie.