Por primera vez, los descubrimientos neurocientíficos se extienden a campos tan diferentes como la antropología, la filosofia, la lingüística y la psicología. Los medios de comunicación parecen obsesionados con un solo aspecto concreto de esos descubrimientos, a saber, que nuestra personalidad, nuestra conducta y nuestras dolencias mentales tienen un fundamento biológico. Ni que decir tiene que se trata de algo apasionante, pero esa fijación hace que se pierda dónde está la verdadera emoción en lo que empezamos a destapar.