Cuando pase la pandemia y sobrevenga la pospandemia, habrá que enfrentar los profundos cambios en el sistema internacional que conducirán hacia un nuevo orden mundial. Dichos cambios cubren diversos frentes: el económico, el geopolítico, el social o el ambiental, y un instrumento como la integración se debe preparar para atender de manera cooperativa, solidaria y consensuada tales retos. En el ámbito económico se produce una revalorización de la actuación de los Estados mediante políticas públicas orientadas inicialmente de manera prioritaria hacia la salud, pero que derivarán hacia otros temas de política social en materia de empleo y reactivación económica. Así, se consolidarán nuevas formas de encadenamientos productivos y de establecimiento de políticas públicas orientadas a priorizar medidas correspondientes a un Estado de bienestar, donde los objetivos de desarrollo sostenible adquieren prioridad, así como todas las políticas relacionadas con las problemáticas medioambientales.
Estas medidas estarán acompañadas de una revalorización del manejo multilateral mediante reformas institucionales y acuerdos globales, influenciados a la vez por una gran disputa del liderazgo mundial entre los Estados Unidos y China, pero en un contexto de regionalización con diferentes áreas del planeta ejerciendo algún papel protagónico, como Asia Oriental y Medio Oriente. Los países de América Latina poco lograrán de manera individual y desorganizada, por lo cual un reto en la pospandemia es reactivar sus procesos de integración para atender las enormes necesidades y requerimientos del mejor modo posible. Académicos investigadores integrantes del Grupo de Reflexión sobre Integración y Desarrollo en América Latina y Europa (Gridale) analizan los desafíos de un nuevo orden mundial como consecuencia de la covid-19.