Solamente Jauza y Rafael no han tenido aún su final espantoso y velocísimo, y aunque de hecho tampoco han visto en detalle el final de nadie, y de momento (ahora sí los dos, también Jauza) simplemente están aterrorizados más allá de toda razón y reflexión, tendrán más tiempo que nadie en la historia humana para aquilatar la proximidad de su propia extinción, así como la de todas las cosas, y por tanto terminarán sus vidas con ese sufrimiento adicional: sabrán perfectamente que va a sucederles lo que va a sucederles