Las Lamias, vampiresas romanas, eran mujeres hermosas, seductoras y atractivas, muy por encima de las mujeres comunes, pero amigas de las serpientes y enemigas de los hombres, quienes a menudo se enamoraban de ellas y se les entregaban a pesar de saber que al hacerlo perderían la vida o, en el mejor de los casos, terminarían siendo sus esclavos vampirizados, infectados para siempre