Román García Cabezas es uno de tantos vagabundos que pueblan la ciudad ganándose la vida como puede, buscando en los Servicios Sociales la oportunidad de incorporarse al mundo laboral y, con ello, a la sociedad que le ha dado la espalda. A raíz de uno de estas propuestas, un día le ofrecen un peculiar trabajo que habrá de cambiarle la vida durante dos meses; se trata de la participación en una película inusual en la cual debe interpretarse a sí mismo.
Silencio, se rueda es un relato inteligente, escrito con un estilo sorprendente y de una belleza difícil de hallar en las publicaciones actuales, y que ahonda de manera sutil en cuestiones existenciales como la identidad, la ficción como discurso narrativo de la verdad y otros aspectos de índole sociocultural.