Anteparaíso, me ha parecido ser, como lo fue Zurita con respecto a La Vida Nueva, una proyección, un pliegue, un zoom a la imagen de un hombre en el fondo de un bote mirando las estrellas y en un estado de sopor, por lo cual todo lo que sigue a continuación no sería sino una ensoñación de esa “psicosis de tipo epiléptico”, es decir, las playas meciéndose, las cordilleras marchando, los valles quemándose