No se trataba de un movimiento pendular en la moda de las ideas políticas, sino una relocalización de la mujer en el ámbito de lo dominado, junto a otros seres que también sufren la experiencia de la exclusión o el daño: el emigrante, el paria, el indio, el negro, el moro, el animal como esclavo… En el manifiesto de Haraway, los ciborgs entran en la misma categoría que las mujeres y los simios, lo ultratecnológico se une a lo pretecnológico en una misma nueva categoría formada por lo oprimido, lo explotado, la subcultura y caracterizado por la hibridación, la expulsión de la cultura superior, la mezcla y la impureza.