Passarinho es un ex capataz de una cuadrilla rutera que desembarca en Buenos Aires; es un empleado que entrega turnos durante las noches en un hospital porteño y es un vigilante de un supermercado chino. Sus historias no se cruzan, pero comparten como denominador común el mismo alias -Passa-, además que una dosis de espanto, de revancha y de rencor que el preludio de la vejez dejará crecer en ellos, entre la venerada fórmula del triunfo que solo les exigirá perseverar, ser apenas.