En noviembre de 1918, Carlos Gardel y José Razzano, entonces de gira en la provincia de La Pampa, se escaparon hasta Buenos Aires para presenciar la “carrera del siglo” entre dos purasangres de enorme prestigio, Botafogo y Grey Fox. Ese día, todo el país se detuvo, cautivado por el gran espectáculo que tuvo lugar en el hipódromo de Palermo. Hasta los años cincuenta, la Argentina fue una verdadera «nación burrera”, que vibraba al ritmo de las carreras de caballos. En las décadas de apogeo del turf, nadie desconocía el nombre de los principales caballos y los mejores jinetes, o el resultado de los grandes eventos del calendario hípico. Y el hipódromo atraía a decenas de miles de espectadores y un enorme volumen de apuestas, muy superior al de Francia o Inglaterra.
Adentrándose en un mundo poco conocido hasta hoy, Roy Hora traza una historia social del turf argentino desde sus inicios en el siglo XIX hasta la actualidad. Además de un entretenimiento de extraordinario eco en los sectores populares, el turf fue un espectáculo en el que la clase alta desempeñó un papel fundamental, invirtiendo enormes recursos para colocarlo bajo su dominio y patronazgo. Las clases medias, por su parte, pasaron del entusiasmo a la crítica moral. El autor explora los orígenes de las carreras de caballos y su relación con la cultura ecuestre criolla que las precedió, el papel del Jockey Club y de la elite social en la forja y las transformaciones del hipódromo, y la constitución de los jockeys en jinetes profesionales y estrellas deportivas. También expone los debates que el turf suscitó, así como las razones del auge y ocaso del interés de los argentinos por los caballos de carrera.
Escenario de encuentro entre distintos mundos sociales, la historia del turf ofrece un prisma a través del cual analizar las relaciones entre la elite, las clases medias y los sectores populares, así como los grandes procesos de cambio social que la Argentina atravesó entre los tiempos de Sarmiento y Perón.