Los símiles de la línea y la caverna expuestos en la República de Platón son una de las imágenes más impactantes e influyentes de la historia de la filosofía, pero también la expresión fundamental de la filosofía platónica. En ellos se despliegan las fases del proceso formativo del filósofo hacia la contemplación de las Ideas y del Bien y su consecuente retorno para hacerse cargo de los otros. El guía en ese camino es Sócrates, quien desarrolla su «arte de la conversión», un arte que adecúa sus medios de enseñanza al nivel intelectual y moral de sus interlocutores.
Así, Raúl Gutiérrez nos propone leer la obra maestra de Platón siguiendo el camino trazado en estos símiles. Vistos de esta manera, los símiles sirven de clave hermenéutica del diálogo en su conjunto, pero, al mismo tiempo, ellos mismos son iluminados por los resultados de esa lectura. En el capítulo fi nal, el autor aplica su propuesta a uno de los diálogos más enigmáticos de Platón, el Parménides.