Me sentí desorientada, en más de un sentido. Desconectada de mi origen. Y dolía.
Hasta hace poco, Viña había sido el papel donde yo escribía mi historia. El soporte. Como cuando en Antes del atardecer, al principio, muestran las escenas donde los personajes más adelante estarán. Mis lugares están ahí, en esa ciudad bella y creída.