Especimen

Ahora sé que ser feminista se trata de tener el poder de elegir, entre varias opciones, la vida que uno quiere construir. Y poder cambiar de opinión y elegir otra. Y otra. Y que el juicio del resto no te afecte. Ni siquiera el de tus hijos. El feminismo tiene que ver con la libertad.

Pienso que alguna vez, aunque ya no lo pueda recordar, fui como mis hijos. Pienso que algún día, que aún no puedo imaginar, ellos van a ser como yo soy ahora. Y quizás no se van a acordar de bailar conmigo en el living. Quiero que se acuerden de bailar conmigo en el living. Y lloro.

Pero como en esa canción de Los Mil Jinetes, esa que dice maldita ansiedad, anoche te traté de ahogar en un jarrón, veo que no fui lo suficientemente agresivo para no hacerte regresar, yo a mi ansiedad la conozco. En el espejo empañado, la veo y se llama Rocketina y me dice “sí, estarían mejor sin ti”.

No disfruto de la estabilidad. Sospecho de la estabilidad. Es el riesgo a perderlo todo lo que me hace apreciar lo que tengo; ese momento en el que te sacan (o sacas) la alfombra del piso, ese momento en el aire; lo más parecido a volar. Siempre me pasa. Desde que tengo algún tipo de autonomía.

Me demoro más de lo que debería en la ducha. Disfruto de ese momento de soledad. Pienso. Fantaseo. Planifico.

¿por qué no disfrutan, nomás de ser cabros chicos y no entender las cosas? Todo se arruina cuando uno empieza a entender las cosas.

He visto fachadas cambiar y casas destruirse. He visto aparecer edificios en las dunas, y he visto llegar a gente de distintos colores y razas. Estuve ahí mientras mi ciudad cambiaba. Estuve ahí, cambiando con ella.

Recordé que mi mamá nunca puede ver los penales y termina yéndose a otra pieza, reapareciendo sólo para celebrar cuando hay goles. Ahora yo hago lo mismo, la ansiedad es demasiado grande.

El fútbol tiene eso. Esa capacidad de infundirte una alegría completamente irracional que te hace olvidar hasta las responsabilidades.

Soy Aldea Pardo porque mis papás son Fernando Aldea y Eleonora Pardo. Mi nombre no lo elegí. No elegí nacer donde nací, ni tener los hermanos que tengo. Soy de la U porque mis papás son de la U. Amo a mi familia. Amo a la U. No elegí a ninguna de las dos. Las dos me han hecho feliz y me han hecho sufrir. No me cambiaría de equipo como no me cambiaría de apellido.