variaba en función de la temperatura, la altitud y la humedad. Durante mucho tiempo se creyó que era el límite físico de velocidad máxima de un objeto moviéndose por el aire. A medida que un avión que volaba al nivel del mar se aproximaba al Mach 1, o el cien por cien de la velocidad local del sonido, las moléculas situadas frente al avión se acumulaban, se comprimían y formaban una onda expansiva, el mismo fenómeno