La historia de Adam Cassidy es un secreto a voces: él, enigmático náufrago, desapareció después de dejar en la aldea cántabra el germen de una estirpe de individuos de cabellos rojizos y espíritu indomable. En 1871, más de un siglo después de aquella visita, llega al mundo Germán Díaz. El pequeño pelirrojo crece feliz escuchando fantásticos relatos sobre su origen, pero cuando, siendo aún niño, se ve obligado a emigrar e instalarse en una sucia carbonería gaditana, decide que la vida nada tiene que ver con las románticas expectativas de su madre y a punto está de enterrar sus sueños. Providencialmente, un joven periodista se cruzará en su camino y, alimentándolo con grandes novelas y altos ideales, lo convencerá de que con su talento innato y la formación necesaria puede llegar a ser lo que desee. Años más tarde, convertido ya en abogado y dispuesto a abanderar aquellas causas comprometidas cuya defensa dan sentido a la palabra «justicia», entiende que su círculo profesional y la clase social dominante le harán pagar por su atrevimiento un alto precio de consecuencias inimaginables.