percibía como bueno. Su preocupación y motivación primordial era mantener el fluir que había de bendición hacia la tierra. Jesús se volvió a él y le dijo, “¡Quítate de delante de mí, Satanás!...no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”3. No fue uno de los momentos más sobrados de Pedro, pero es una palabra clara para todos los que observamos. El Cielo es el modelo – no la tierra.