La cara desnuda de la mujer árabe

Así pues, la religión acaba sirviendo a los mismos propósitos que los sistemas judicial, educativo, policial e incluso psiquiátrico, que son los encargados de garantizar que la familia patriarcal —que nació, se reforzó y mantuvo gracias a la opresión de mujeres, niños y esclavos— se perpetúe

La religión, en concreto, es un arma utilizada muy a menudo en las sociedades tradicionales para anular los esfuerzos que tanto investigadores como otras personas interesadas realizan en busca de la verdad

Y es que la verdad nos suele conmocionar, viene a perturbar la tranquilidad de nuestros principios. Pero una buena sacudida puede despertar las mentes dormidas, y abrirlas a lo que realmente está ocurriendo a su alrededor.

Porque los problemas que afectan a mujeres y hombres en nuestra sociedad son infinitos, y sólo se pueden solucionar si hacemos un esfuerzo constante y masivo por reconocer nuestros errores, profundizamos en sus raíces y exponemos claramente que sus causas reales se encuentran en las estructuras políticas, sociales, económicas, sexuales e históricas sobre las que se ha construido nuestra vida

es el análisis de la vida y de las exigencias personales de la gente lo que debe actuar como fuerza directriz y motriz de la voluntad y el quehacer político. Y parece evidente que en la vida personal de cada uno se incluyen los problemas sexuales, las relaciones hombre-mujer, y las relaciones de producción y división del trabajo. Así pues, los que menosprecian los problemas de la mujer o la sexualidad ignoran o no entienden los principios en los que se basa la política

Los poderes políticos internacionales y locales fomentan el resurgimiento de estas corrientes religiosas que intentan utilizar la religión para encubrir la injusticia que sufren los pobres y las mujeres

Para una mujer, poder reconquistar su personalidad, su condición humana y su dignidad es mucho más valioso que contar con la aprobación de una sociedad dominada por los hombres

Se deriva del sistema patriarcal y de clases por el que se han regido los seres humanos desde que se extendió la esclavitud

La civilización occidental y el cristianismo también lo han hecho. En realidad, la represión que la Iglesia católica y los que difundían sus enseñanzas ejercían sobre la mujer ha sido, quizá, más feroz

la historia nos enseña que las mujeres desarrollaron y pusieron en práctica sus capacidades intelectuales antes que los hombres y que fueron ellas las primeras en emprender la búsqueda de nuevos conocimientos