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Leila Guerriero

La llamada

  • Mar Hhas quoted5 hours ago
    hay muchas personas para las cuales no hay vida después de la ESMA. Es un topicazo. La persona que salió de un campo tiene que estar hundida para siempre. Una vez víctima, for ever víctima.
  • Mar Hhas quoted5 hours ago
    Fue rechazada y despreciada por haber salvado la vida. El sobreviviente tenía que pagar por no haber muerto.
  • Alfonso Velascohas quoted9 hours ago
    «El perro puede ser el mejor amigo del hombre. Pero el gato jamás le dirá a la policía dónde está la marihuana».
  • Alfonso Velascohas quoted10 hours ago
    gente con hijos tiene la existencia fácil, casi no puede pensar en el suicidio durante años. Se dicen: «No les voy a hacer eso a mis hijos». No digo que nadie lo haga.
  • Alfonso Velascohas quoted10 hours ago
    están los trotskistas del confinamiento que piensan que nada garantiza nada. ¿Entonces vamos a estar así hasta el día en que nos pille la muerte? Al final es lo que dice la canción, que vivir es lo más peligroso que tiene la vida. Hay unos riesgos mínimos que tienes que asumir. Oye, ese artículo que escribió esta mujer la vez pasada, que te mencionaba a ti... ¿cómo se llama ella?
  • Alfonso Velascohas quotedyesterday
    Pero la veía, como dice el tango, con la ñata contra vidrio, de lejos.
  • Mar Hhas quoted4 days ago
    En un campo de concentración no hay consentimiento posible. Te dicen: «Sí, te violaron, fue forzado, pero bueno, a lo mejor te gustó». Y si me gustó, ¿qué? ¿Es menos violación? No.
  • Mar Hhas quoted4 days ago
    Esto es difícil de entender para quienes solo conciben a la violación como un hecho puramente sexual o violento. Entregar la vagina o alguna otra parte del cuerpo es el precio de sobrevivir y de hacerlo con el menor daño posible.
  • Mar Hhas quoted4 days ago
    Bajo amenaza de muerte, consentir es resistir»
  • Alfonso Velascohas quoted5 days ago
    –Pero nunca quise ser soldado montonero. Con Silvia hemos hablado bastante de los setenta, somos muy críticas. Yo creo que nosotros en gran parte contribuimos a que viniera la represión. Pero hacer una autocrítica es muy difícil. No querés que la derecha te use como arma. A mí me mataron a ciento cinco amigos y conocidos. Pero estábamos equivocados. Las intenciones eran fantásticas, pero cometimos más errores que aciertos. Los milicos fueron peores. Porque tenían el Estado y tenían la obligación de reaccionar de otra manera. Pero nosotros no fuimos ningunos santitos. A mí lo que me hizo darme cuenta fue el ataque al cuartel de Formosa, donde murieron los colimbas.
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