Nuestros patrones de autocrítica y juicios sobre nuestro propio valor pueden llegar a estar tan arraigados que se conviertan en creencias que tenemos sobre nosotros mismos y sobre nuestra capacidad para dibujar o para ser creativos. Al hacer una pausa tal vez tengamos una fuerte sensación de resistencia, una tensión o una incomodidad en el cuerpo, junto con un verdadero torbellino de crítica en la cabeza, o incluso una sensación de tristeza o desesperación. Puede ser una experiencia intensa, pero no deberíamos dejar que nos aparte de la tarea. Estamos aprendiendo a vivir con nuestro crítico interior, y yo por mi parte he descubierto que la atención plena, más que cualquier otra técnica, es lo más útil, tanto para mí como para los demás, a la hora de superar estos bloqueos creativos. La práctica de atención plena ofrece una forma suave de desatascarse cuando nuestras mentes pensantes nos han arrinconado, y lo hace expandiendo nuestra conciencia de los propios patrones mentales.