Este libro es la declaración de un compromiso. En un momento en el que la filosofía y la política buscan la comunidad como algo a recuperar y lo común como algo a producir colectivamente, este libro propone un paso atrás: descubrir el mundo común en el que ya estamos, queramos o no, implicados. Parte de la pregunta por el nosotros y desemboca en una voz en singular capaz de decir «esta vida es mía». Apropiarnos de nuestra vida es, hoy, liberar la riqueza del mundo que compartimos. Para ello, el pensamiento crítico necesita ganar una nueva perspectiva: la de un cuerpo involucrado en la vida como problema común.