...”Mirando hacia arriba, en un insólito abismo abierto en las nubes, ¡se me aparecieron Aldebarán y las Híadas! Y todo me sugería la noche —el lince, el hombre de la antorcha, la lechuza—. No había oscuridad y yo veía las estrellas. ¿De qué atroz sortilegio era víctima?