Frank O'Connor, considerado por autores como William B. Yeats, Julian Barnes o Richard Ford como el Chéjov irlandés, analiza las realidades dispares que conforman aquel país, católico y timorato, y, al mismo tiempo, cuna de algunos de los mejores autores de la literatura universal. En Huéspedes de la nación y otros relatos, O'Connor nos presenta soldados de bandos opuestos, niños que cargan con la culpa de la religión y la moral, familias y parejas que son el reflejo de una sociedad fracturada, y habla del perdón, la solidaridad, la venganza, la envidia, y de los lazos que unen y separan a los seres humanos. O'Connor es el retratista de una Irlanda que todavía no ha desaparecido. Sus relatos, clásicos en el género, siguen siendo absolutamente contemporáneos. La profundidad psicológica de sus personajes, la fuerza de sus diálogos y descripciones convierten la obra de O'Connor en única e inimitable. A pesar del paso del tiempo, Frank O'Connor seguirá siendo un «maestro entre maestros».