Se ha intentado que todas las ilustraciones de huesos y músculos vayan acompañadas de dibujos que muestren su presencia visible y palpable bajo la piel en diferentes vistas y en distintos movimientos. En algunas ocasiones (en el relieve del torso, por ejemplo) el lector podrá identificar inmediatamente cada músculo; en otras (en el relieve del antebrazo, por ejemplo) tendrá que estudiar con detenimiento las ilustraciones y explicaciones anatómicas para deducir a qué músculo o accidente óseo corresponde cada prominencia superficial. En tales casos, es muy recomendable que el lector copie los dibujos para familiarizarse con la forma, trayectoria y nombre de cada factor anatómico, fijándolos en su memoria.