Este trabajo aporta nuevos datos a la historia social de la lengua catalana en Mallorca y Menorca durante los siglos XVIII y XIX. En un periodo clave para la estandarización de las lenguas de Europa y las identificaciones lingüísticas, la lengua catalana queda sometida a unas leyes que pretendían eliminarla de los ámbitos referenciales. Sin embargo, los organismos locales y la conciencia lingüística colectiva llevan a cabo acciones de lealtad lingüística (y cultural) en torno al idioma propio. A partir de un extenso corpus documental, se constata el alcance del enfrentamiento entre dos realidades discursivas y lingüísticas de fuerzas desiguales (Estado e instituciones locales). Además, se pone de manifiesto que los mallorquines, al igual que lo hicieron otros pueblos europeos sometidos a procesos de subordinación cultural, continuaron con el uso escolar del latín (y, por ende, del catalán) en las escuelas como estrategia para limitar el alcance de las políticas estatales que exigían la universalización del castellano.