El libro comienza con un análisis sobre Bergson. Se señala la violencia original de la razón occidental moderna, diseñada y justificada mediante la elevación filosófica de un tipo de sociedad a naturaleza humana, y la construcción de un modelo de racionalidad que establece la autonomía, autosuficiencia e independencia como criterios y proyecto único de humanidad. Se aborda la violencia económica como un mecanismo de asignación de recursos que obstaculiza la cohesión social y atenta contra la sustentabilidad. El autor intenta problematizar la naturalidad de la venganza y mostrar que el análisis del duelo, marcado por la realidad irreductible del cuerpo de quien ha sido asesinado, abre la posibilidad de ir del dolor y la rabia a la construcción de subjetividades no violentas, que revelan una superabundancia de realidad en la situación vivida, en la que la libertad no queda constreñida por un sentido común que ha naturalizado la venganza. También se analiza los exámenes hechos a México por distintos comités de las convenciones y los pactos del Sistema de Naciones Unidas desde la teoría general de los campos de Pierre Bourdieu.