Tandil, Buenos Aires, 1 de enero de 1872. Un grupo de aproximadamente cincuenta gauchos, armados con sables, carabinas y lanzas caseras, lleva a cabo el mayor acto de xenofobia que haya ocurrido jamás en la Argentina. Un grupo de hombres, comandados por Jacinto Pérez, “San Jacinto” y adoctrinados por Gerónimo Solané, “Tata Dios” (autoproclamado sanador y profeta), irrumpen en el pueblo y sus alrededores al grito de "¡Viva la religión, mueran los gringos y masones!, sorprendiendo a sus habitantes en pleno festejo de la llegada del Año Nuevo y dejando un saldo de 36 víctimas inocentes, entre ellas, vascos, españoles, británicos, italianos y nativos. Todos fueron apuñalados y degollados.
Los diarios El Nacional, La Tribuna, La Prensa y La Nación, de Buenos Aires, no dejaron de reflejar en sus páginas los detalles del hecho titulando “La matanza de Tandil: La masacre de Tata Dios”. El gobierno provincial y la misma presidencia de Sarmiento se vieron sacudidos por la oleada de inseguridad y miedo que provocó la matanza, convirtiéndose el suceso en un tema de interés nacional. Con un impecable trabajo de investigación Juan Basterra logra, en esta novela basada en hechos reales, transportarnos a una Argentina de finales del siglo XIX en donde la disputa entre criollos y extranjeros alcanzó el pico más alto de violencia y muerte.