Cuando ese sábado 5 de octubre se anunció que Miguel Enríquez había sido asesinado en una casita de San Miguel, no solo fue una desgarradora noticia, sino que fue desgarradora la impotencia. Miguel encarnaba la dignidad de cada uno de los hombres y mujeres que desde el mismo 11 de septiembre, a través de pequeños y grandes actos de resistencia, enfrentaron a la dictadura militar.
Ese sábado 5 de octubre, Miguel Enríquez, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, caía en un combate desigual. La casa de Santa Fe había sido rodeada por cientos de efectivos del Ejército y la DINA, y solo tras dos horas de resistencia, muere acribillado por diez impactos de balas.
En este libro, Carmen Castillo, quien fuera entonces su compañera, nos cuenta en tercera persona su visión íntima de lo que fue esa experiencia como protagonista y testigo de la vida en la clandestinidad, donde conviven la persecución constante, la represión, la amistad, el amor, la fraternidad y la pasión combativa que se llevaba a cabo con muy pocos recursos, comparados con toda la fuerza blindada del poder militar. No se atisba en este relato ni un instante de duda o miedo a confrontarse con tanta barbarie y tanto ensañamiento practicado por los “honorables” soldados de la patria.
Sin duda esta narración nos muestra el valor humano y ético de quienes, como Miguel, fueron conductores de una lucha cuyo único principio era conquistar la participación real de todos los hombres y mujeres en los destinos de la patria.