Además de los éxitos económicos, los años del liberalismo dejaron en la cultura popular una mentalidad de reivindicación de los derechos individuales y una cultura política en la que coexistían la visión jerárquica colonial, que atribuía el valor de las personas a su pertenencia a un grupo, y la visión liberal, que insistía en la igualdad básica de todos los ciudadanos y que fue fundamental en las reivindicaciones de negros y mulatos.