Sabiya lleva un vestido de verano con estampado en azul y blanco y el escote en V. Se sienta frente a mí, tenemos una de las mesas redondas junto a la ventana. Intento no mirarla con demasiado descaro, no estar muy pendiente de ella, sino hablar con los demás. Todos están charlando sobre lo de siempre, una mezcla entre su vida privada, el fútbol, los planes para vacaciones y chismes sobre los médicos que no están presentes.
Permanezco callado