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Naomi Wolf

El mito de la belleza

  • Eliana Sotomayorhas quoted4 days ago
    ¿Es posible, entonces, que la famosa lentitud en la excitación de la mujer con respecto a la del hombre, su compleja vida imaginaria y la falta de placer que muchas experimentan en las relaciones sexuales estén relacionadas con esa negación cultural de la imaginería sexual que refuerza la perspectiva femenina, es decir, con la prohibición cultural de ver el cuerpo del hombre como un instrumento de placer?
  • Eliana Sotomayorhas quoted4 days ago
    Lo que las niñas aprenden no es el deseo de otro ser, sino el deseo de que las deseen
  • Eliana Sotomayorhas quoted4 days ago
    Toda mujer ha de aprender sola, de la nada, a sentirse sexual (aunque lo que aprende constantemente es a parecerlo). Nadie le proporciona una contracultura de lujuria femenina explícita, ni descripciones de la intrincada y curiosa presencia de sus sensaciones genitales o de la forma en que enriquecen constantemente el conocimiento de su cuerpo
  • Eliana Sotomayorhas quoted4 days ago
    Este erotismo desde el exterior se fomenta en las mujeres mediante tres formas de presión sobre su sexualidad absolutamente antinaturales. La primera es que las niñas pequeñas no suelen recibir un cuidado cercano e íntimo por parte de sus padres. La segunda es la fuerte influencia cultural que lleva a las mujeres a abandonar su propio cuerpo para contemplar a las mujeres exclusivamente como objetos sexuales. La tercera forma de presión es la prevalencia de la violencia sexual, que impide un desarrollo orgánico de la sexualidad femenina y hace que el cuerpo de los hombres se considere peligroso.
  • Eliana Sotomayorhas quoted8 days ago
    Sin embargo, son los temores infundados entre ambos sexos los que mejor funcionan en beneficio del mito de la belleza.
  • Eliana Sotomayorhas quoted8 days ago
    Probablemente sería fácil instruir a las mujeres para que considerasen a los hombres primero como objetos sexuales. Si las chicas nunca experimentasen la violencia sexual… si la única ventana a la sexualidad masculina que tuviesen fuese una corriente de imágenes simples, fácilmente accesibles y bien iluminadas de muchachos algo mayores que ellas, cercanos a los veinte, sonriendo con gesto alentador y mostrando penes erectos y juguetones de color rosa o moca, podrían mirar la pornografía de la belleza en torno al cuerpo masculino, masturbarse con ella y, ya adultas, «necesitarla». Y si esos penes iniciáticos se representasen ante ellas como neumáticamente eréctiles, sin movimientos a derecha e izquierda, con sabor a canela o a moras silvestres, libres de vello y siempre dispuestos; si junto a esas imágenes se presentasen sus medidas, longitud y grosor con gran exactitud; si pareciesen estar a su alcance sin ir acompañados de una personalidad difícil; si darles placer a ellas fuese la única razón de su existencia... en tal caso, es probable que un muchacho de verdad pudiese aproximarse a la cama de la joven con, por lo menos, un corazón vulnerable.
  • Eliana Sotomayorhas quoted8 days ago
    Esta cita reconoce el hecho de que una comparación sexual de carácter crítico es un anafrodisiaco en el caso de los hombres. En cambio, o aún no somos capaces de reconocer que tiene exactamente el mismo efecto en las mujeres, o nos da igual, o de alguna manera entendemos que, en este momento, dicho efecto es deseable y apropiado.
  • Eliana Sotomayorhas quoted8 days ago
    Cuando la novelista Margaret Atwood preguntó a las mujeres qué era lo que más temían de los hombres, la respuesta que obtuvo fue: «Tememos que nos maten». Al formular a los hombres la misma pregunta referida a las mujeres, estos replicaron: «Tenemos miedo de que se rían de nosotros».
  • Eliana Sotomayorhas quoted8 days ago
    Los hombres se excitan visualmente ante el cuerpo de la mujer y tienen menor sensibilidad para excitarse ante la personalidad femenina porque desde muy pequeños se les inculca esa respuesta. En cambio, las mujeres se excitan menos visualmente y más ante un estímulo afectivo porque es así como se las ha educado. Esta asimetría en la educación sexual hace que los hombres conserven el poder dentro del mito: miran el cuerpo de la mujer, lo evalúan y pasan a otro. Nadie mira ni evalúa, ni acepta ni rechaza el cuerpo del hombre. No hay ninguna «roca llamada género» a la que culpar de ello. La situación puede cambiar de manera que una verdadera relación de reciprocidad (con miradas iguales, igual vulnerabilidad e idéntico deseo) propicie la unión de hombres y mujeres heterosexuales.
  • Eliana Sotomayorhas quoted8 days ago
    Seamos hombre o mujer, todos necesitamos sentirnos bellos para abrirnos a la comunicación sexual: «bellos» en el sentido de aceptados, deseados y valorados. Sin esa condición, acabamos cosificándonos a nosotros mismos o a los demás con el fin de protegernos.
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