La sirena negra (1908), Dulce dueño (1911) y La Quimera (1905) se suelen considerar parte de una especie de trilogía.
La sirena negra, de Emilia Pardo Bazán, relata la historia de Gaspar, un aristócrata madrileño obsesionado con la muerte que vive atrapado en la autocompasión, su neurosis y su desprecio a la humanidad. El argumento da un giro cuando Gaspar acoge a Rafaelín, un niño huérfano de una madre de reputación dudosa y se convierte en el centro de la vida de Gaspar. Pardo Bazán escribió esta novela con sesenta años.