Este libro está llamado a convertirse en un aporte indispensable para reevaluar las características del sistema político chileno. Novedoso, audaz, erudito y bien escrito, desmitifica las relaciones entre la sociedad y los partidos políticos en Chile durante el siglo XX, tradicionalmente consideradas de raigambre ideológica. Sin descartar por completo esto, nos muestra que el clientelismo ha sido una práctica de larga data en el país y que además, ha sido capaz de adaptarse a partir de la década de 1990 a la crisis de representación de los partidos, alojándose fuertemente en los gobiernos locales.