Sé que tienes conciencia de que todo lo que te voy contando es mentira. Que no creo en los Libros Sagrados, ni en los occidentales ni en los propios de la región que habitamos. Que no soy escritor, algo imposible de considerarme, principalmente porque nunca he recibido educación formal alguna, Soy, eso sí, un estilista que decoró un salón situado en una zona marginal con infinidad de peces de colores. Escribo sólo para olvidar, para no recordar entre otros asuntos, los años que vivimos uno al lado del otro sufriendo la derrota bélica más atroz. Para no acordarme de mis falsas visitas a la mezquita. Para dejar en el olvido mi oficio habitual.