Antes de morir, José Enrique Rodó (1871–1917) visitó Europa y escribió Viajes por Europa. Estuvo en Portugal y se interesó en las relaciones de ese país con Hispanoamérica, estuvo también en España y alabó la laboriosidad catalana. Sin embargo, su destino principal fue Italia pues quería verificar sobre el terreno que los mensajes de sus célebres libros americanistas marcaban la pertenencia a la ciudadanía espiritual de la antigua Roma, clásica y cristiana.