El logro espiritual ha sido con frecuencia descrito como una transformación mediante la cual es devuelto un ser humano de la naturaleza de plomo, sin brillo a su estado de oro. Este volumen maravillosamente profundo presenta algunas de las metáforas útiles para el establecimiento de actitudes que se requieren para el avance del alma: confianza, fe, esperanza y el desapego. Es un recordatorio de que cuando cualquier sustancia o entidad se somete a la disolución, con el tiempo se debe resolver o re- cristalizar en una nueva forma, posiblemente superior y más noble.