En la primera década del siglo XXI, la Comunidad Valenciana ha atraído la atención de la opinión pública las amplias mayorías electorales del Partido Popular, la política de grandes y costosos eventos -con las consiguientes inversiones públicas— y por la notoriedad de las causas judiciales relacionadas con la corrupción política que salpican a los principales dirigentes del PP y del gobierno autónomo. La anomalía valenciana emerge como mucho más que una anécdota sobre desviación y abuso de poder o financiación ilegal: revela la creación un sistema que descansa en instituciones democráticas y se sirve de mecanismos irregulares -clientelismo, corrupción, política de medios y neopopulismo— para establecer una hegemonía partidista destinada a prologarse en el gobierno mediante la consolidación de ventajas determinantes que alteran el juego de la competencia pluripartidista. Las prácticas irregulares, denunciadas por los medios y la oposición, en manos de los jueces, tienen una escasísima incidencia en el electorado. El libro se interroga por las mediaciones que intervienen en el sistema de gobierno y por las redes que contribuyen a su éxito. Examinando casos análogos de otros países, adelanta una previsión de los riesgos que para el funcionamiento democrático representa la perpetuación del modelo instaurado.