Si el pensamiento no fuera posible el individuo iría directamente de un impulso a una acción sin ningún pensamiento intermedio. Frente a lo desconocido, el ser humano lo destruiría. Formulando verbalmente una imagen visual, la reacción sería “He aquí algo que no entiendo, lo mataré”. Pero unos pocos quizá dirían “He aquí algo que no entiendo, debo indagar” (Bion, 1991, p. 39).