Gente disfrazada, con cuernos, con bisutería, gente adornándose con finas capas de ilusión. Caminan más erguidos, meten tripa, dicen cosas que no piensan, halagan a los demás. Cometen un millar de pequeños actos de engaño, mintiéndose unos a otros, mintiéndose a sí mismos, bebiendo hasta el delirio para que les resulte más fácil. Esta es una noche de pactos entre observadores y observados, una noche en la que la gente acepta voluntariamente tratos falsos, esperando engañar y ser engañados por el placer de sentirse valientes, sexis, guapos o simplemente deseados, por muy efímero que sea todo.