Ésta es la historia real de Ronald Keith Williamson, un mediocre jugador de béisbol con una personalidad alterada que fue acusado injustamente del asesinato de una mujer, ocurrido en 1982, y condenado posteriormente en 1988, a la pena capital por un delito que no había cometido. Otro hombre, Dennis Fritz, fue sentenciado a cadena perpetua sólo por ser amigo de Williamson.Con precisión notarial, John Grisham nos acerca a la epopeya de dos convictos víctimas de un montaje policial, de arbitrariedades judiciales, violaciones de los derechos humanos, pero, sobre todo, de un sistema judicial corrupto que se lavó las manos y permitió que permanecieran en prisión durante doce años seguidos.